Tuesday, February 14, 2017

Fwd: A gozar, que el mundo se va a acabar...

En De Solares y Resolanas, quiero expresar, manifestar, escribir mis reflexiones, vivencias y apreciaciones sobre lo que veo, de donde vivo, me muevo y existo. Sueños y dolores, Palabra y contexto, reflexión y acción, poesía y narrativa, preguntas y pasión, recuerdos y presencia, dudas y esperanza, transformación y justicia. Mi divisa: "Alios vidi ventos aliasque procelas" (Cicerón) que traducida significa: "Otras tempestades y vientos he visto pasar".

domingo, 12 de febrero de 2017

A gozar, que el mundo se va a acabar...

Antonio Guerrero Aguilar/ Escritor y promotor cultural

De acuerdo a una profecía maya, el mundo debió terminar el 21 de diciembre del 2012. Astrólogos, adivinos y supuestamente hombres dedicados al quehacer científico, se la pasaron pregonando el fin del mundo y en consecuencia de la vida. Pero el 22 de diciembre de 2012 amanecimos sin novedad y cambio alguno.  Entonces surgieron otros voceros que nos alertan de lo siguiente: debemos ahora preocuparnos por las nuevas predicciones y el temor que algunos provocarán con tal de asustar a la población. Tal vez porque lo importante sea mantener ocupados y tranquilos a los cada más pobres y desposeídos de la Tierra. Y por esa calidad, siempre vulnerables a las calamidades de la destrucción.

Las profecías sobre el fin del mundo no son nuevas. En uno de los pasillos de la gran pirámide de Keops en Egipto, está representada una cronología que señala el 20 de agosto de 1953, cuando aparentemente surgió la nueva era de Acuario y concluyó la de Piscis, al igual que cesó al fuego entre las dos Coreas que dio origen a la llamada "Guerra Fría". Unos advirtieron que al principiar la década de los 60 en el siglo XX, alguna de las dos potencias iba a detonar la gran bomba atómica. También pronosticaron que algo malo ocurriría en 1962 debido a la conjunción de ocho planetas del sistema solar.

Durante mucho tiempo, los videntes y adivinos se dedicaron a señalar el inicio del año 2000 como fatal, pues traería innumerables problemas. Otro jeroglífico situado en una de las cámaras de la gran pirámide, propone al 17 de septiembre del 2001 como el día final. Para unos, el gran libro de la profecía anunciada está en el libro del Apocalipsis escrito por San Juan. Otros se basan en las visiones y profecías de Nostradamus.

En 1982 corrió el rumor de que había nacido un singular niño en el hospital de ginecología del IMSS en Monterrey. Cuando una enfermera lo bañaba le dijo que estaba muy feo. El bebito habló y le sentenció que más feo iba estar el día 24. No recuerdo a que mes se refería, pero tampoco nada sucedió en los días 24 de los 12 meses de 1982. Hay quienes argumentan que la fecha del día en el calendario maya se señala debido a que no había más espacio para contabilizar o pronosticar otro plazo. Ahora, considerando que los mayas fueron una gran civilización, muy dada a la astronomía, ¿entonces, por qué no le atinaron al tiempo por concluir? Pues bueno, lamentaremos el fin de la civilización maya y diremos que por eso desapareció enigmáticamente, pues no fueron lo suficientemente buenos como para predecir su final.

Los pueblos de la antigüedad tenían oráculos y profetas que consultaban cuando requerían de una certeza o la solución de un problema. El vocablo profeta viene del latín propheta, a su vez derivado del griego prophetés cuyo significado tiene con aquel que habla antes o pronostica algo. Su equivalente hebreo es nabi que significa portavoz.

En la tradición de Israel, los profetas cumplían una vocación social. Los profetas fueron individuos que hablaron y actuaron en nombre de Dios. Su función consistía en mantener una relación correcta con Dios y fortalecer esa relación con sus palabras y sus actos. En el Antiguo Testamento aparecen al servicio del templo, otros como asesores y confidentes del rey y otros retaban el poder religioso y civil con la intención de hacerlos regresar por la senda de la salvación.  Para los hebreos y cristianos, el profeta es el portador de un mensaje de Dios a los hombres y para ello puede revelar o pronosticar el futuro. Para los musulmanes, la función del profeta es sagrada, pues  profeta es el epíteto que acompaña siempre el nombre de Mahoma

En la historia de las civilizaciones, vemos la existencia de personas que tenían una vocación similar a la del profeta, ya sea como videntes y adivinos, interpretando los oráculos a través de sueños, visiones y trances. En el cuento egipcio de Wen-Amón del siglo IX antes de Cristo, narra la vida de un joven quien en una ceremonia sacrificial, trasmitió el mensaje de una deidad que lo había poseído. En Grecia los profetas eran los intérpretes de las pitonisas y descifraban el sentido de sus gritos y gemidos, entre los cuales encontraban un mensaje  expresado en un lenguaje enigmático y a la vez ambiguo.

Muchos analistas pronosticaron que el 2012, en realidad era el año de la catástrofe económica mundial y la vimos reflejada en la muerte, el hambre, epidemias,  desempleo,  guerras y ocupaciones militares, el calentamiento global y sus efectos en fenómenos naturales. En la otra cara de la moneda, fuimos testigos de la voracidad de los grandes grupos que controlan la economía global. Se hicieron más ricos y en México, como fue un año electoral, la obra y la asistencia pública quedó irrelevante en comparación con el derroche presupuestal repartido entre los partidos y cadenas de medios de comunicación.

 Para la Iglesia Católica, de acuerdo al catecismo que marca las verdades de la fe, (CEC 2771 y 2772) la escatología trata del fin de los tiempos y por ello en la Eucaristía se reza por el fin venidero, al cual relacionan también con los tiempos de salvación que comenzaron con la venida del Espíritu Santo y terminarán con la segunda venida de Cristo. De ahí brota una esperanza, un tiempo de paciencia y de espera "durante el cual no se ha manifestado lo que seremos" (1 Jn 3,2). En efecto, Dios puede revelar el porvenir a sus profetas y a sus santos. Por ello nosotros como cristianos debemos esperar y entregar nuestra confianza a la Providencia en cuanto al futuro que aún no llega y abandonar toda curiosidad hacia las predicciones y profecías respecto al fin del mundo.

El fin del mundo nos lleva a replantear más bien distintos significados y no tomarlos tan literalmente. En uno de los episodios de los Simpson, Ned Flanders tenía un refugio en donde se protegerían de los efectos del choque de un meteorito. Flanders cuando vio que ya nadie cabía en él decidió salir a esperar el infortunio, mientras cantaba la canción de Doris Dey "Que será" esperando el fin del mundo que nunca llegó. Durante mucho tiempo, muchas personas se han preparado con lugares especiales. Es más, yo conocí un solar en Icamole, García, Nuevo León, donde su propietario mandó edificar una casa en la que se pudiera vivir sin temor alguno. Lamentablemente su dueño no pudo ver su obra pues murió al poco tiempo. No faltará quien mande hacer una especie de arca para salvarse en caso de una gran inundación.


Recuerdo gratamente las clases del padre Juan José Hinojosa, cuando nos decía que el fin del mundo ocurriría cuando todos conocieran el Evangelio. Si consideramos que solo una cuarta parte de la población mundial profesa la religión cristiana, pues entonces falta mucho para que se acabe el mundo. También se dice que el mundo se acaba para quien se muere. Yo no lo creo, pues tenemos la confianza en la resurrección de los muertos y en la vida futura.
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---------- Forwarded message ----------
From: Antonio Guerrero Aguilar <cronos85@hotmail.com>
Date: 2017-02-12 19:00 GMT-06:00
Subject: A gozar, que el mundo se va a acabar...
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A gozar, que el mundo se va a acabar...

 

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Antonio Guerrero Aguilar/ Escritor y promotor cultural De acuerdo a una profecía maya, el mundo debió terminar el 21 de diciembre del ...



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Cordialmente

Alios Vidi ventos aliasque Procelas

Antonio Guerrero Aguilar
Escritor y promotor cultural


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